KNOPFLER

Acabo de colgarlo en el facebook y no sería justo no hacerlo aquí:  

Si dispones de un cuarto de hora, si eres de los que disfrutas mezclando música y literatura, si tienes el libro "Tres relojes de arena" y buscas en el segundo párrafo de la página 114, tal vez consigas saborear esos pequeños placeres de la vida que no son sino las pequeñas treguas que nos acercan a aquello que llaman felicidad. (Si no tienes el libro, disfruta del vídeo, qué se le va a hacer, tú te lo pierdes, aunque estás a tiempo de enmendar este lapsus).

DÁMASO

Era el abuelo de Ester, mi mujer. Y el bisabuelo de mis dos hijos, Rebeca y Daniel. Murió ayer, día 25 de febrero a los noventaytantos con la cabeza perdida, los dolores encontrados y su parkinson de siempre. Con él compartí mis primeros manuscritos, incluso los Reyes Magos, envuelto en papel de regalo, el cinco de enero de hace siete u ocho años, le dejaron junto a sus zapatillas de paño un trabajo ("El viejo balón de reglamento") que hablaba de las nostalgias en torno a un balón de fútbol.
Algunos, ante la muerte, piensan en la eternidad, en remedios que acaricien el desconsuelo, en vidas más allá de esta vida. A otros, poco aficionados a cielos, infiernos o purgatorios, demasiado atornillados a la realidad más o menos cruda, nos da por pensar en las herencias, aquellas que tienen que ver más con los recuerdos y con las sensaciones que con los dineros y las propiedades materiales.
 
Y lo mismo que para todo existe una primera vez, también existe una última para todo.
La muerte es la última vez de la vida.
¡Adiós, abuelo Dámaso!

VENTOLERA

Debería reprimir este tipo de arranques, pero tenía ganas de meter un poco de marcha a tanta seriedad, a tanto texto, y de paso celebrar que he llegado a la mitad geográfica de la nueva novela que me traigo entre manos. Así que agarraros que vienen curvas: ACDC, Anastacia y Celine Dion por peteneras.

RADIO AYALA

 Con esto de la publicación de los dos libros surgió un problema. Primero aportaré algún dato bastante obvio. Soy de Vitoria y vivo en Vitoria. Pero: por los motivos laborales que muchos conocéis me ausento a eso de las ocho y media de la mañana y no regreso hasta las seis y media de la tarde. O sea, que me paso la vida fuera. Concretamente en la comarca de Ayala, situada junto a Bizkaia, al noroeste de la provincia de Álava. Aún así, como no soy de allí, aunque me conozcan más que en mi propio barrio, era complicado íncluirme en la "vida" de la zona, anunciándome y dándome un poco de bolilla en los medios de difusión local, no fuera a ser que algún nativo se molestara. Ya sabemos que existe gente para todo, que ni comen ni dejan comer. Hasta que un día, Radio Ayala, personificada en Arseli y su familia, hizo caso omiso de semejantes patrañas y se decidió a entrevistarme que era lo que muchos de mis conocidos estaban deseando. Así que gracias a Arseli y a sus hijas podéis escuchar esta entrevista emitida el lunes 28 de enero de 2013.

 http://archive.org/details/javier_zuazo28enero2013

BANDA SONORA

Uno tiene sus manías, sus tendencias, hasta podría decirse que sus vicios. Todos los párrafos, los escenarios llevan debajo una música, a veces inconcreta. Ayer me encontré con un video, una canción y una banda que la interpretaba y pensé que había dado con la melodía que acompañó al viajero a lo largo de los Tres relojes de arena. Lo compartí primero en el facebook. Hoy, más meditado, después de haberla escuchado unas pocas de veces quiero que conste en la buhardilla, este espacio de encuentros e ilusiones, de cafés y buenos amigos. 
Esta canción habla de carreteras y suena a alquitrán, a retrovisores y a horizontes iluminados. Para mi fue un regalo, espero que lo sea para el que lo quiera disfrutar.